La Prehistoria de Europa se refiere al estudio del periodo prehistórico en el continente europeo, es decir desde el Paleolítico inferior hasta la adopción de la escritura,[1] algo que no se produjo simultáneamente en las distintas regiones del continente. Según los últimos hallazgos abarcaría un intervalo temporal de más de un millón de años, ocupados en su mayor parte por la Edad de Piedra, durante la cual se sucedieron cuatro especies de homininos distintas. Entre los complejos tecnológico/estilísticos de la Edad de Piedra encontramos desde grupos de homininos con artefactos primitivos que habitaban en cuevas, a sociedades agrícolas que poseían sofisticadas herramientas líticas y construían asentamientos fortificados.
A partir del comienzo de la Edad de los Metales, con el Calcolítico, en Europa se distinguirán claramente dos áreas culturales diferenciadas: por un lado, en el sureste y sudoeste se desarrollaron civilizaciones comparables a las históricas de Egipto y el Oriente Próximo; por otro, buena parte de Europa central y nórdica continuó una trayectoria más lenta, de modo que en las áreas escandinavas la Prehistoria duró prácticamente hasta el inicio de la Edad Media.[2]
En la península ibérica se han datado restos humanos en los yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos, España) con más de 1 000 000 de años de antigüedad; en concreto, con cerca de 1,3 Ma en el yacimiento de la Sima del Elefante del Pleistoceno Inferior. Según las investigaciones arqueopaleontológicas de la Sierra de Atapuerca, hasta la fecha hay restos óseos humanos en los contextos kársticos de cuatro especies distintas: Homo antecessor (Pleistoceno Inferior), Homo heidelbergensis (Pleistoceno Medio), Homo neanderthalensis (Pleistoceno Superior) y Homo sapiens (Holoceno),[3][4] lo cual se correlaciona con el poblamiento al aire libre del Paleolítico Inferior a la Edad del Bronce detectado en los análisis geoespaciales de distribución de asentamientos de la cuenca del río Arlanzón (Burgos).